fidelleandro Jefe moderador (a)
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| Tema: Violencia familiar Lun Ago 02, 2010 1:30 pm | |
| Violencia familiar
Introducción
Son innumerables las formas de violencia familiar. Puede pensarse en violencia hacia los mayores, entre cónyuges, hacia los niños, las mujeres, los hombres, los discapacitados… pero es difícil precisar un esquema típico familiar.
Sin embargo, y por sobre todo, esto puede ocurrir en todas las clases sociales, culturas y edades.
La violencia Familiar es un problema social que debe ser reconocido masivamente por toda la población, para dar la debida importancia a una cuestión que se ha mantenido oculta a lo largo de los tiempos. Todos estamos obligados a favorecer la difusión de la protección al ser humano, para disminuir la naturalización de la conducta violenta.
Elegimos el temática “Violencia Familiar”, ya que es una grave violación a los derechos humanos. Cualquiera agresión sexual, mental, física u otra, es un atentado de alto nivel de gravedad contra la persona, porque afectan a una pluralidad de derechos humanos fundamentales tales como la libertad sexual, la integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su dimensión más amplia, comprometiendo el futuro de las víctimas.
Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han sido constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de su trascendencia. No obstante, que tales agresiones involucran un problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas de las cuales lo asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo políticamente y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen en la impunidad.
Qué es la Violencia
Se considera como violencia cualquier acto de comisión u omisión y cualquier condición que resulte de dichos actos, que prive a los sujetos de igualdad de derechos y libertades e interfiera con su máximo desarrollo y libertad de elegir, siendo contrario y violando los derechos humanos declarados.
Clasificación de Violencia
La violencia está presente en todo momento, en todo lugar y en cualquier forma, es por esto que debido a estos criterios se la puede clasificar en:
Violencia Doméstica o Familiar: es la violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños.
Violencia Cotidiana: es la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, el no respeto de una cola, maltrato en el trasporte público, los problemas de seguridad ciudadana y accidentes, la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano.
Violencia Política: es aquella que surge de los grupos organizados, ya sea que estén en el poder o no. Ejemplos de esto, sería la indeferencia del ciudadano común ante los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, las coimas, grupos alzados en armas.
Violencia Socioeconómica: es la reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población, como el desempleo, desigualdad de oportunidades como el acceso a la educación y salud.
Violencia Cultural: son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos de vida poco saludables.
Violencia Delincuencial: toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo. Por ejemplo el robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales
*Qué es la Violencia Familiar
Cualquier situación, dentro de una relación íntima, en la cual se intente intencionalmente causar daño o controlar la conducta de una persona. No significa, entonces, solamente agresión física sino agresión verbal, maltrato psicológico, contacto sexual no deseado, violación, destrucción de la propiedad, daños a mascotas, control del acceso al dinero, aislamiento social o amenazas e intimidación a miembros de la familia.
Las diferentes formas de maltrato en la familia conducen a neurosis, psicosis, hasta el suicidio, adicción a las drogas y a la delincuencia juvenil y adulta, porque el niño realizará como adulto lo que ha experimentado en los años formativos de la infancia en la relación paterno-filial.
Ahora entraremos a enumerar detalles considerados importantes por la Asociación Argentina de Prevención de Violencia Familiar:
¿Qué características tienen los abusadores o victimizadores?
*Tienen baja autoestima.
*No controlan sus impulsos.
*Fueron víctimas de maltrato en su niñez.
*No saben expresar afecto.
*Descontrol
*Decepción
*Angustia
¿Qué características tienen los maltratados o victimas?
*Tienen baja autoestima.
*Sumisos.
*Conformistas.
*Fueron víctimas de maltrato.
*No expresan su afecto.
¿Qué se debe hacer para no llegar al maltrato?
Aprender a:
*Comprenderse.
*Comunicarse con calidez y afecto.
*Respetarse.
*Dominar sus impulsos (ira, cólera).
Tipos de Maltrato
*Maltrato Físico: toda acción u omisión que arriesga la integridad corporal de una persona.
*Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
*Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica y no ponen en peligro la salud física del menor.
*Maltrato Emocional: toda acción y omisión destinada a degradar o controlar las acciones, comportamientos, decisiones y creencias de otras personas por medio de la intimidación, manipulación, amenaza directa o indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica, emocional, la autodeterminación o el desarrollo personal.
*Rechazar: implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo incluyen en las actividades familiares.
*Aterrorizar: amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando en él una sensación de constante amenaza.
*Ignorar: se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El padre está preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del niño.
*Aislar al menor: privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones sociales.
*Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la normal integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales.
*Maltrato por Negligencia
Se priva al niño de los cuidados básicos, aún teniendo los medios económicos; se posterga o descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección, etc.
*¿Cómo es, por lo general, una familia en la que existe violencia?
Es una familia que tiene una estructura muy rígida, verticalista, autoritaria, que discrimina entre varones y mujeres, con roles estereotipados, intolerante y castigadora, en la que se cree que se debe obedecer ciegamente y en la que se castiga o maltrata creyendo que eso constituye un estimulo para la superación personal. En ella se suele utilizar la crítica, la humillación, el silencio, las prohibiciones no razonables, el control y la vigilancia o el retacear el dinero, como formas de ejercer el dominio desde uno de los miembros sobre el resto de la familia. Las decisiones son unilaterales, no hay diálogo e impera el temor y sensación de culpa en quienes reciben el maltrato.
A veces las personas involucradas no se reconocen como inmersas en un cuadro de la Violencia Familiar, pues muchas de sus características coinciden con el perfil tradicional de las antiguas familias en las que un varón ejercía un poder absoluto.
*Ciclo de la Violencia Familiar:
Primera fase:
Acumulación de Tensión
Se producen episodios que llevan a roces permanentes entre los miembros de la pareja, con incremento constante de ansiedad y hostilidad.
Esta fase es sutil y se manifiesta como agresión psicológica: el agresor ridiculiza a su pareja, no presta atención a lo que ella dice.
Segunda fase:
Episodio Agudo
La tensión acumulada da lugar a una explosión de violencia que puede variar en gravedad: desde un empujón hasta el homicidio.
En esta fase aparece la violencia verbal, que refuerza la agresión psicológica: comienza a amenazarla con violencia física y se va creando un miedo constante.
Tercera fase:
La "Luna de Miel"
Se produce arrepentimiento en el hombre, a veces instantáneo, al ver el daño producido.
Pide disculpas y promete que “nunca más volverá a ocurrir”.
*Indicadores de Maltrato:
En Niñas y Niños
Actitudes extremas en cuanto a reacciones de actividad o pasividad, tanto de movimientos como de expresión de afectos o del dolor, sumisión o rebeldía, complaciente o desafiante.
Dificultades para jugar, para relacionarse, para concentrarse.
Miedos y desconfianza, sobresaltos y recelos.
Baja autoestima, no reacciona a los elogios, inhibiciones, busca exageradamente de la aprobación y aceptación.
Se cree malo/a, aparece siempre como un chivo emisario, perdedor/a, derrotado/a y desanimado/a.
Propensión a los accidentes o conductas torpe.
Se balancea, se chupa el dedo o no sonríe.
Estado de alerta permanente, no hace contacto visual.
Problemas en el lenguaje
Insuficientes hábitos de aseo, apariencia descuidada.
Vestimenta inadecuada según el clima.
Culpa de inmediato a otros cuando pasa algo, o carga con culpas ajenas.
Parece no aprender y tener bajo rendimiento, parece brillante y autoexigente: tiene altibajos de rendimiento.
Ignora o no atiende los límites, imprevisible.
Controla, manipula, o explota a compañeros/as.
Poca tolerancia a la frustración.
Mentiras, robos y conductas antisociales.
Habla o se conduce con excesiva madurez.
Somnolencia, nerviosismo, irritabilidad, hambre constante, etc.
Ausencias reiteradas, llegadas tardes, tendencia a quedarse después que terminan las actividades escolares.
Esta mucho en la calle, deambulando o en casas ajenas.
Sin atención medica, odontológica, ocular u otras.
Presenta lastimaduras, infecciones o síntomas sin atender y que perduran o se complican, problemas con la alimentación.
Desnutrición, peso insuficiente, retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual, cansancio, resfríos crónicos, vómitos, trastornos gástricos.
Moretones, heridas, mordeduras, quemaduras, dislocaciones, fracturas, inflamaciones, conmociones, estado de shock.
Traumatismo en la región oro-facial, fracturas de huesos faciales.
Magulladuras en los tejidos blandos que no están sobre prominencias óseas.
Lesiones con formas reconocibles (hebillas, cintos, mordeduras)
Movilidad o perdida de dientes
Dificultad para hablar.
Etc.
*Síndrome de Münchhausen:
Los padres suministran medicamentos o tratamientos, alegan síntomas ficticios, exigen intervenciones médicas, inventan una enfermedad infantil, buscan internar al niño o niña, hacen consultas continuas, le hacen aplicar inyecciones o se las aplican ellos, etc.
*Síndrome de Muerte Súbita.
Es la primera causa de muerte de lactantes en países desarrollados; en un alto porcentaje de casos encubre maltrato y violencia paterna y se trata de homicidio.
-El maltrato es la falta continua de atención, afecto, cuidado y protección combinados con diferentes formas de castigo y/o humillación. Se identifica a través de algunos de los indicadores previos y como consecuencia de una situación crónica que no tiene que ver con la inexperiencia o los errores que todo padre o madre pueden cometer.
*Aspecto Jurídico y Punto de vista psicológico
La problemática de violencia familiar recibe tratamiento legal desde cuatro perspectivas distintas:
*Derecho Penal: se lo califica como comportamientos merecedores del reproche penal.
*Derecho Civil: el conflicto es considerado como intrafamiliar y se escoge el dominio civil para desarticular y reconstruir los comportamientos endilgados apelando a los recursos terapéuticos que aportan las disciplinas de la conducta, con medidas cautelares destinadas a disminuir la coyuntura.
*Sistema Mixto: reúne elementos de los dos enfoques anteriores.
*Extrajudicial: se visualiza como una controversia familiar susceptible de ser resuelta por medios alternativos por fuera del sistema judicial.
Jurídicamente se entiende por violencia familiar, toda acción u omisión ejercida por un integrante del grupo familiar, contra otro que produce un daño, no accidental en el aspecto físico, psíquico, sexual o patrimonial.
Las personas que sufren estos maltratos pueden ser amparados por una ley nacional, la ley 24.471 de protección contra la violencia familiar. Gracias a ella, tienden a no sacar al niño de su medio, sino de educar y hacer tratamientos médicos y psicológicos a todos los miembros de la familia que lo requieran.
Por el art.75, inc. 22, de la Constitución Nacional, han quedado incorporadas a la legislación argentina, con jerarquía constitucional: la Convención de los Derechos del Niño, así como también la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto de San José de Costa Rica o Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos del Hombre, complementarias del texto de la Constitución Nacional, que asegura los derechos y garantías para todo ciudadano. Surge de la lectura de estos textos, que toda norma o disposición que atente contra el derecho de los niños, es inconstitucional.
Se examinan diversas disposiciones del Código Civil argentino, que protegen al menor, como el artículo 278 que establece los límites de los padres en la corrección de sus hijos; el 199, que legisla sobre el relevo de la obligación de convivencia marital, si hay peligro para la vida o integridad de los menores; el 202,que establece la tentativa contra la vida de los hijos, como causa de separación conyugal; el 231,que faculta al juez para excluir o reintegrar al hogar al cónyuge y otorgar la guarda de los hijos; el 264, que define la patria potestad; y el 307, que legisla sobre la pérdida de la patria potestad.
En Entre Ríos, esta presente la ley Nº 9198 (Boletín oficial 11-03-99). La cual es una ley de prevención de la violencia familiar: protección y asistencia integral de las personas involucradas en la problemática
Por lo general quienes padecen estas situaciones se niegan a denunciar lo que ocurre. Los motivos de este juicio ocupan desde hace muchos años a investigadores y profesionales. Por un lado porque se mantiene una espera de un cambio espontáneo de quién agrede, por otro lado se aceptan las disculpas de quién agrede, y se creen las promesas que de que no volverá a suceder, también influye el temor al prejuicio social, las convicciones ético–religiosas, la dependencia económica, el miedo a represalias, la falta de esperanzas en la eficiencia de los trámites jurídicos. Pero quizás el punto más resaltable es el de que la persona maltratada tiende a sostener ese vínculo violento. En este sentido entran en consideración tanto el aplastamiento psíquico, la baja autoestima, la educación violenta, como también una consideración al suponer una relación signada de vicios y sistemas psíquicos o relacionales, o un posible montaje estructural subjetivo que impide romper el tipo de relación.
Consideramos importante destacar que la represión por parte del estado al agresor no soluciona el problema, por lo que resulta esperable el fomento de una pronta asistencia psicológica hacia el, la, o los agresores que en muchos casos ejerce violencia sólo en la intimidad familiar y privada, ya que en otros ámbitos poseen un comportamiento cordial y afectuoso.
Estadística
Muchas personas que maltratan son considerados y se consideran a sí mismos como de mayor poder hacia quienes son considerados, es decir, que se piensan a si mismos como de menor poder. Cabe destacar que las personas que sufren estas situaciones suelen ocupar un lugar relativamente de mayor vulnerabilidad dentro del grupo familiar. En este sentido la violencia hacia los niños y las mujeres, estadísticamente reviste la mayoría de los casos, en cambio los hombres maltratados son solo el 2% de los casos de maltrato (por lo general hombres mayores y debilitados tanto físicamente como económicamente respecto a sus parejas mujeres).
En Argentina, se estima que el 25% de las mujeres sufre regularmente violencia doméstica, y el 50% pasará por una situación de violencia en algún momento de su vida. 1 de cada 9 mujeres que consultan a un servicio de emergencia reportan violencia física; 1 de cada 3 mujeres intenta el suicidio; y 1 de cada 5 es una mujer embarazada.
El 37% de las mujeres que consultan por violencia doméstica han sido agredidas en la infancia, los varones provenientes de familias con historias de abusos tienen mayor tendencia a ser violentos. El 9% de los agresores son maridos, el 35% son ex maridos, el 32% son novios o ex novios. El 70% de los hombres que golpean a sus mujeres, también lo hacen a sus hijos. Durante el embarazo, son agredidas hasta una quinta parte de las gestantes y los malos tratos pueden ser más frecuentes en el periodo posparto.
Incesto y Abuso Sexual:
Los ataques incestuosos y/o los abusos sexuales dentro de la familia son sumamente frecuentes. Abarcan una amplia gama de comportamientos dañinos aunque no impliquen contacto físico. Algunos son muy sutiles y dejan una vivencia de invasión en la intimidad y de la seguridad.
En el 95% de los casos el abusador es varón. En el 85% de los casos el abusador es un pariente, amigo, conocido, vecino o allegado a la familia. En los casos en que el abusador es un pariente, el 50% es el padre biológico, el 23% es el padrastro, el porcentaje restante se reparte entre abuelos, tíos, primos o hermanos mayores, padrinos, etc. Entre las víctimas el 71% son niñas y el 29% varones y las edades en riesgo son entre los 3-4 años y entre los 8-12 años. La detección precoz es un importante factor preventivo pues los abusadores suelen dirigirse a varias/os niñas/os simultánea o sucesivamente, dentro y fuera de la familia.
Principios Básicos para tener en cuenta:
Ningún ser humano merece ser maltratado o golpeado
La Violencia es incompatible con la dinámica familiar.
Nadie debe vivir con miedo, lastimado, insultado o amenazado en su propia familia.
La conducta violenta es una modalidad de comportamiento inaceptable y constituye un delito.
Quien maltrata es responsable de su provenir.
Ningún argumento o razonamiento justifica el uso de la violencia.
La conducta violenta puede dominarse con orientación y aprendizaje, revisando las heridas ocultas de la propia infancia, los modelos incorporados de resolución de conflictos, las identificaciones con personas violentas de la familia de origen y las motivaciones que se tienen para lastimar a quienes están cerca. Cambiando los hábitos de comunicación y las creencias negativas sobre la propia persona y sobre los demás se esta en camino de transformar el maltrato en un vinculo alternativo.
Todos tenemos derecho a enojarnos y expresar la emoción del enojo sin causar daño; no tenemos derecho a llevar ese enojo a la acción porque el acto violento es una conducta destructiva y un falso desahogo de la ira.
Una persona que es maltratada no tiene derecho a maltratar a otros.
La creencia acerca de la “provocación” de la violencia es un mito que sirve para justificarla y tolerarla.
Las intervenciones en Violencia Familiar deben estar realizadas por personas especializadas y entrenadas.
No se puede ser neutral frente a una conducta violenta, ya que es un delito que atenta contra la salud y los derechos humanos.
Las víctimas han de ser tratadas como personas individuales en riesgo y no como miembros o parte de una familia
Las víctimas de Violencia Familiar no son masoquistas ni obtienen satisfacción alguna del hecho de vivir amenazadas y dañadas.
Las niñas y los niños están diciendo la verdad cuando se animan a hablar de malos tratos y/o abusos sexuales.
Las personas que ejercen violencia en su mayoría NO son individuos con alguna patología especial; atribuirles enfermedades es una manera de justificar su propia conducta y una forma de declararlos odios@
La conducta violenta es un problema en si misma. El alcohol y las drogas no son causa ni explican, aunque agravan el caso.
Cómo se puede prevenir los malos tratos y abusos:
ENSEÑAR A LOS NIÑOS/AS:
Que tienen derecho a decir NO
No dejar a los niños en compañía de sospechosos de ser abusadores.
La diferencia entre secretos buenos (comprar un regalo) y secretos malos (callarse lo que hace un adulto abusador)
Que hay adultos que pueden parecer agradables pero cometen actos inapropiados.
Que su cuerpo es privado y que las partes protegidas por el traje de baño son íntimas.
Que siempre cuenten a sus padres o a las personas de confianza lo que les preocupa, los asusta o los confunde.
Que hay que desconfiar de la seducción y la manipulación, y en caso de que alguien quiera utilizarlos, que griten y traten de escapar.
Que no todos los adultos son malos pero que es importante tener información, poder prevenir y reaccionar a tiempo.
Fenómenos y prejuicios originados en creencias y culturas:
LO NO QUE NO SEBE HACER:
Tender a proteger al adulto varón discriminando a la mujer y a los más jóvenes.
Tender a proteger a la figura del padre, la cabeza familiar.
Tender a confiar en el “prestigio”, respetabilidad, insospechabilidad, buena apariencia, nivel educativo, logros profesionales, etc. del presunto victimario más que en los síntomas, los indicadores, los factores de riezgo, el conjunto de los antecedentes que se presentan en el caso.
Tender a basarse en opiniones, experiencias personales y/o profesionales y/o prejuicios en lugar de implementar el abordaje desde el conocimiento específico y especializado.
Tender a creer que se fabrican las acusaciones como venganza para perjudicar al supuesto victimario.
Tender a creer que los que denuncian son fabuladores, histéricos, mentirosos o enfermos.
Tender a creer en la culpa o provocación de la victima sobre todo si es mujer, niña o niño.
Tender a creer que los padres son “inocentes” y que es necesario preservar su imagen en supuesto beneficio de la salud psíquica de los/as menores.
Tender a creer que frenar el maltrato o el abuso “perjudica a la víctima”, pues la privaría de una figura paterna o materna supuestamente imprescindible.
Minimizar la gravedad de lo ocurrido.
Ceguera selectiva frente a los datos o evidencias eludiendo contemplar las particularidades y el conjunto de la situación de vulnerabilidad e desamparo.
Desplazamiento de sentimientos negativos, culpa o responsabilidad hacia las víctimas, facilitado por su situación de vulnerabilidad.
Inhibición o evitación frente al compromiso o temor de tomar una medida específica.
Fascinación o identificación con el victimario, ocasionado por su despliegue de poder, seguridad, manipulación, seducción, seriedad, simpatía, etc. |
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