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 Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009)

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MensajeTema: Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009)   Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009) Icon_minitimeLun Ago 03, 2009 5:25 pm

Lección 1: Jesús y las epístolas de Juan
Edición de Adultos.


Para el 4 de julio de 2009

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

Sábado 27 de junio


Lee Para el Estudio de esta Semana: Repasa las tres epístolas de Juan.
Citación :

Para Memorizar: “Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo” (1 Juan 4:14).

¿FALSOS MAESTROS ESPARCIENDO EL ERROR entre los santos? ¿Conceptos equivocados acerca de la naturaleza de Cristo? ¿Luchas por el poder en la iglesia? ¿Errores teológicos esparciéndose entre los bancos de la iglesia? ¿Personas que necesitan la certeza de la salvación? ¿Otros que necesitan saber que la fe debe guiar a la obediencia a la Ley?

Suena algo parecido a nuestra iglesia actual, ¿verdad?

Sin embargo, estos eran algunos de los problemas con los que luchó Juan hace casi dos mil años en sus tres cortas epístolas del Nuevo Testamento.

¡Cuán ciertas son las palabras de Salomón: “Nada hay nuevo debajo del sol” (Ecl. 1:9)!

No obstante, Juan no se concentra solamente en los problemas. Él señala a Dios el Padre y al Hijo; describe quiénes son y qué han hecho por nosotros, y por eso, qué debemos responderles.

Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué crees que Juan escribió estas epístolas? ¿A quiénes les estaba escribiendo? ¿Cuáles eran sus preocupaciones? ¿De qué manera atiende esas preocupaciones? ¿Qué nos cuenta Juan acerca de Jesús? ¿Qué promesas puedes obtener de estos libros?

Domingo 28 de junio: De Quién y Para Quién: El Autor y sus Lectores.

La primera Epístola de Juan comienza sin una introducción formal. Cualquiera que haya sido la razón, el autor no se presenta. La segunda y la tercera cartas mencionan como autor a una persona llamada “el anciano”. Ellas también nos informan a quién fueron dirigidas: a una señora elegida, y también a alguien llamado Gayo. Esta información no es extensa y deja planteadas muchas preguntas; sin embargo, de las cartas mismas podemos aprender algo acerca de quién las escribió.

El estilo y el vocabulario de las cartas parecen indicar que el autor de 1, 2 y 3 Juan fue el mismo. ¿Qué nos indican estas tres cartas acerca de él? Al leerlas, concéntrate, entre otras cosas, en algunos de los términos que usa para referirse a las personas a las que dirige las cartas. (Ver 1 Juan 1:1-3; 2:1, 18; 4:4; 2 Juan 1, 12; 3 Juan 1, 13, 14).

Obviamente, el autor ha sido testigo presencial de Jesús. También parece haber tenido una relación íntima con los miembros de la iglesia a quienes les escribió, porque los llama “hijitos”, una expresión de cariño. Él mantenía una posición de liderazgo en la iglesia, y más de una vez dijo que esperaba visitarlos. La estrecha similitud de frases y temas con el Evangelio de Juan, así como el testimonio de los padres de la iglesia, revelan que él fue el apóstol Juan.

Todo esto trae a luz un punto muy importante. Cuán valioso es que procuremos desarrollar una relación bondadosa, amable y amante con quienes nos rodean. Por estas cartas, es muy claro que Juan amaba a estas personas y se interesaba vivamente por ellas, y que él quería verlas fortalecidas en el Señor. Puede haber muy pocas dudas de que el amor que él expresaba hacia ellos solo fortalecía el poder de sus palabras. ¡Qué lección importante para todos los que procuramos ser testigos de Jesús y de las verdades que él nos ha dado como iglesia!

Una cosa es tener conocimiento acerca de la naturaleza de Dios, el plan de salvación, la segunda venida de Cristo y el día de reposo correcto. Pero ¿qué le ocurre a nuestro testimonio si nuestras vidas no reflejan el amor y el carácter del Dios que creó estas verdades? Tal vez tengas verdades bien expresadas racionalmente. Eso es bueno, pero ¿cuánto amor y preocupación por otros acompañan tu expresión de esas verdades?


Lunes 29 de junio: Qué Contienen Las Epístolas.

En la primera carta de Juan, encontramos una cantidad de temas importantes, aunque el apóstol no parece avanzar en ninguna progresión lineal. Esta observación ha conducido a algunos eruditos a concluir que Juan presenta sus argumentos en una forma cíclica; es decir, él vuelve a tratar sus temas desde ángulos diferentes. De este modo, las mismas cosas se analizan desde diferentes perspectivas.

Lee 2 Juan 1 al 13. Sigue su línea de pensamiento: 2 Juan 1-3; 2 Juan 4; 2 Juan 5,6; 2 Juan 7-11; 2 Juan 12, 13.

En 2 Juan, el apóstol expresa su gratitud porque los hijos de la señora caminan en la verdad. También habla acerca del amor y la obediencia, y luego se concentra en los falsos maestros que ya mencionó en su primera carta. Emplea otra vez el término anticristo. En su conclusión, Juan expresa el deseo de visitar a sus oyentes. También les transmite sus saludos.

¿De qué modo 3 Juan se relaciona con las dos cartas anteriores, que tratan acerca de los falsos maestros que no se mencionan en la última carta de Juan? Es plausible la idea de que las tres cartas traten acerca de una situación similar pero desde perspectivas diferentes. Mientras 1 y 2 Juan advierten contra los falsos maestros, 3 Juan muestra cómo en un caso particular los dirigentes de la iglesia trataron de controlar el problema.

En muchas partes del mundo, la idea de una “doctrina ortodoxa” suena medieval; recuerda a la gente cosas tales como la Inquisición, cuando las personas fueron torturadas y muertas porque no eran lo suficientemente “ortodoxas” en su teología. De allí que muchos se alejen totalmente de la idea de ortodoxia, alegando en cambio que todo lo que hace falta es amar, sin tomar en cuenta la enseñanza. No obstante, Juan, cualquiera que sea su énfasis en el amor, no deja de ocuparse del error teológico. ¿Qué debiera indicarnos esto con respecto a cómo debemos actuar frente al error teológico en nuestra propia iglesia?

Martes 30 de junio. Por Qué: El Propósito de estas Cartas.

Repetidamente, Juan nos dice por qué escribió su primera carta. ¿Qué está señalando él? 1 Juan 1:4; 1 Juan 2:12-14; 1 Juan 5:13.

Todas estas declaraciones son positivas y confirmadoras. Sin embargo, el contexto muestra que deben ser entendidas dentro del marco de problemas serios en las iglesias a las cuales se dirige 1 Juan. Esta carta hace declaraciones severas acerca de los falsos maestros. Se los llama anticristos. El término se encuentra cuatro veces en 1 Juan y una vez en 2 Juan. No se usa en ninguna otra parte de la Biblia.

Estos anticristos tenían ideas equivocadas acerca de Jesucristo, ideas que también afectaron su estilo de vida cristiano. Obviamente, Juan sentía la necesidad de hacer frente a estas enseñanzas, y lo hizo de una manera sólida e inflexible.

Sin embargo, el autor describe un cuadro positivo del verdadero cristianismo y se concentra en su naturaleza positiva. Al afrontar el error teológico y el error ético de los falsos maestros, Juan alega en favor de la unidad del Padre y del Hijo, la aceptación del perdón divino y una vida gobernada por el principio del amor.

Mientras anima a los feligreses y les advierte contra conceptos inadecuados de Cristo y de la conducta cristiana, espera ganar de regreso a algunos de los que habían abandonado la iglesia.

En 1 y 3 Juan, no se mencionan las razones por las que escribió las cartas, pero esas razones se pueden percibir. El propósito de 2 Juan es advertir a los feligreses contra las enseñanzas erróneas y la ética incorrecta de los falsos maestros mencionados en 1 Juan.

De acuerdo con 3 Juan, estaba ocurriendo una lucha por el poder. Diótrefes estaba tratando de usurpar toda la autoridad. Aparentemente, al usar el problema de esa herejía, estaba tratando de establecer su propia base de poder.

Aunque sin disminuir la seriedad de estas falsas enseñanzas, Juan las enfrenta enfatizando lo positivo. Aquí hay un principio importante para nosotros. Cuán fácil es dejarse absorber por la lucha contra el error de tal manera que nos centramos en él en lugar de centrarnos en la verdad. ¿De qué manera enfrentas lo que consideras equivocado? ¿Te concentras en el error en lugar de hacerlo en la verdad? ¿De qué modo puedes comenzar a adiestrarte para tratar con los problemas de una manera más positiva?


Miércoles 1 de julio: Jesús en las Epístolas de Juan.


Jesús aparece en toda 1 Juan. Él está en el centro de este libro. ¿Quién es él, de acuerdo con esta carta? 1 Juan 1:1; 1 Juan 1:2; 5:20; 1 Juan 1:3; 4:15; 1 Juan 2:1; 1 Juan 2:8; 1 Juan 2:22; 1 Juan 4:14; 1 Juan 5:20.

Aunque en 1 Juan Dios el Padre se menciona con más frecuencia que Jesús, el problema de los ex miembros, y tal vez de algunos feligreses todavía activos, es con el Hijo. Los miembros de la iglesia y los falsos maestros pudieron haber concordado mayormente sobre la naturaleza del Padre. Sin embargo, estaban en desacuerdo en lo que se refiere a Jesús, en cuanto a su humanidad y a su divinidad. El problema era si Jesús “ha venido en carne” (1 Juan 4:2) o no, y si “es el Cristo” (1 Juan 2:22).

En medio de todo esto, Juan claramente mantiene que es imposible separar al Padre del Hijo. Aun en nuestros días, algunas personas, incluso algunos cristianos, piensan que pueden tener una relación con Dios el Padre sin interesarse acerca de Jesús. Para ellos, Jesús es sencillamente un ser humano maravilloso. Juan, sin embargo, es claro: Si sabes acerca de Jesús pero no lo aceptas como el Mesías y el Hijo de Dios, no puedes tener una relación salvadora con Dios el Padre.

La primera carta de Juan contiene 105 versículos. Jesús aparece en unos 45 de ellos. ¿Qué te indica esto acerca del lugar que Jesús tiene en esta carta? ¿Cuán central es Jesús en tu propia comprensión de la verdad? Es decir, ¿podrías estar demasiado ocupado con fechas, diagramas y doctrinas, en vez de conocer por ti mismo a Jesús, y su perdón y su gracia? Si fuera así, ¿cómo podrías cambiar? ¿Por qué tienes que cambiar? (Ver Juan 17:3).


Jueves 2 de julio: El Ministerio de Jesús en las Epístolas de Juan.

Las cartas de Juan no solo presentan a Jesús desde diferentes perspectivas, contándonos que él existe desde el principio (1 Juan 1:1), que ha venido en carne (1 Juan 4:2), y que permaneció justo, puro y sin pecado (1 Juan 2:1; 3:3, 5); sino también enfatizan su ministerio y su obra. Quién es Jesús y qué ha hecho él están profundamente relacionados. Negar su divinidad o su humanidad significa también negar su ministerio como Salvador, como ejemplo y como Señor. La salvación por medio de Jesús depende de la naturaleza divino-humana de Jesús. Sin una comprensión adecuada de la naturaleza divino-humana de Jesús, puedes terminar con una comprensión diferente del plan de salvación y del problema del pecado. Se puede tomar livianamente el pecado y aun negarlo (1 Juan 1:6-10), una actitud que influirá seguramente, de una manera u otra, en la conducta y la ética cristianas.

¿Qué nos enseña Juan acerca del ministerio y la obra de Jesús? Es decir, ¿qué promesas se nos hacen gracias a lo que Jesús ha hecho o está haciendo por nosotros ahora? 1 Juan 1:7; 1 Juan 2:25; 1 Juan 2:28; 1 Juan 3:8; 1 Juan 3:16; 1 Juan 5:18; 2 Juan 3.


Lo que Jesús hizo por nosotros como nuestro Salvador y lo que está haciendo por nosotros como nuestro Abogado requieren una respuesta de nuestra parte. El perdón de los pecados, la seguridad de la salvación, el don del Espíritu Santo, la esperanza de su segunda venida, y la promesa de que seremos como él y lo veremos como él es, no pueden dejar frío nuestro corazón. Creemos en él, lo amamos, lo seguimos, lo obedecemos, y permanecemos en él y en sus enseñanzas.

Considera algunas de las promesas enumeradas arriba. ¿Cuáles son las que significan más para ti, y por qué? ¿Cuáles no estás gozando, tal vez, en tu vida, como deberías? ¿Por qué podría ser esto así, y qué puedes hacer a fin de comprender aún más las riquezas de estas promesas?

Viernes 3 de julio.

Para Estudiar y Meditar:

Lee 1 Juan de una vez, para obtener un panorama de esta epístola importante.

“Con el paso de los años y el aumento del número de creyentes, Juan trabajaba con mayor fidelidad y fervor en favor de sus hermanos. Eran tiempos llenos de peligros para la iglesia. Los engaños satánicos se encontraban por doquier. [...] Algunos que profesaban creer en Cristo afirmaban que su amor los liberaba de obedecer la ley de Dios. Por otra parte, muchos enseñaban que era necesario amoldarse a las costumbres judías y llevar a cabo sus ceremonias; que la simple observancia de la ley, sin fe en la sangre de Cristo, bastaba para la salvación. Algunos sostenían que Cristo era un hombre bueno, pero negaban su divinidad. Otros, que pretendían ser fieles a la causa de Dios, eran engañadores que en la práctica negaban a Cristo y su evangelio. Puesto que ellos mismos vivían en pecado, introducían herejías en las iglesias. Por eso, muchos se extraviaban en los laberintos del escepticismo y el engaño.

“Juan se llenaba de tristeza cuando veía que esos errores ponzoñosos se introducían en la iglesia. Vio los peligros a los que estaba expuesta, y enfrentó la emergencia con rapidez y decisión. Las epístolas de Juan exhalan el espíritu del amor. Dan la impresión de haber sido escritas con la pluma sumergida en amor. Pero, cuando se relacionaba con los que pretendían vivir sin pecado, aunque estaban quebrantando la ley de Dios, no vacilaba en amonestarlos enérgicamente contra ese terrible engaño” (HAp 456, 457).

Preguntas Para Dialogar:

1.-Lee la cita de Elena de White copiada arriba. Imagínate que ella estuviera escribiendo para la iglesia actual. ¿Qué podría escribir? Es decir, ¿cuáles son los desafíos teológicos que la iglesia afronta hoy? ¿De qué maneras son similares a los que Juan enfrentó en sus días? ¿Qué podemos aprender de Juan que podría ayudarnos a tratar con estos errores?

2.-Como adventistas, creemos que se nos han dado muchas verdades, verdades que muchas otras iglesias no tienen. (Después de todo, si ellos tuvieran estas verdades, ¿con qué propósito existiríamos como adventistas?) Al mismo tiempo, ¿de qué modo podríamos nosotros, como iglesia, reflejar mejor el amor y la bondad que deben acompañar nuestro testimonio? ¿De qué modo, ya sea como clase o como personas, podrían ayudar a tu iglesia local a manifestar mejor el amor de Dios? Asusta pensar en cuántas personas, atraídas a nuestro mensaje, nunca lo aceptaron por la falta de bondad, gracia y amor expresados por la iglesia. Podemos y debemos hacer esto mucho mejor.
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MensajeTema: Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009)   Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009) Icon_minitimeJue Ago 13, 2009 5:39 pm

Lección 2: Experimentar la Palabra de vida
Edición adultos.


Para el 11 de julio de 2009

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

Sábado 4 de julio

Lee Para el Estudio de esta Semana: Deuteronomio 4:1-4; 1 Corintios 15:4-8; 1 Juan 1:1-5; Apocalipsis 19:13.

Citación :
Para Memorizar: “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo” (1 Juan 1:3).

En un tribunal, un hombre es acusado de asesinato. Él jura a voz en cuello que es inocente, que él no lo hizo y que ni siquiera estaba en el lugar del crimen cuando eso ocurrió. Parece muy convincente. Por sus palabras, uno podría estar tentado a creerle.

Entonces, sin embargo, aparecen testigos. Uno tras otro, los testigos presenciales dicen lo mismo: Ellos vieron al acusado en el lugar del crimen, y lo vieron (y aun, en algunos casos, lo oyeron) cometer el crimen. Aunque los detalles individuales difieren, dependiendo de dónde estuvieron en el momento del incidente, sus testimonios presenciales son abrumadores, y la culpabilidad del hombre resulta evidente.

En una forma similar, Juan inicia su carta asegurando que él pertenece al círculo de los testigos presenciales que, habiendo visto y experimentado personalmente a Jesús, son capaces de compartir con otros esta información que transforma vidas.

Un Vistazo a la Semana: ¿Por qué Jesús es la “Palabra de vida”? ¿Qué espera lograr Juan al escribir esta introducción? ¿De qué modo podemos nosotros, aún hoy, ser testigos presenciales de Jesús? ¿Qué lugar tiene la comunidad en la vida de un cristiano?.

Domingo 5 de julio: La Introducción de la Primera Carta de Juan (1 Juan 1:1-4).

Lee 1 Juan 1:1 al 4. ¿Qué nos enseña Juan con esas palabras? ¿Qué esperanza puedes obtener de ellas para ti mismo? Además, ¿por qué le crees a él?

Juan comienza señalando que él, junto con otros, es un testigo ocular del “Verbo (o Palabra) de vida”. El versículo 2 explica algo más de esta “vida” y, junto con la primera parte del versículo 3, enfatiza su proclamación.

¿Qué dos cosas dice Juan que sucederán como resultado de su declaración acerca del “Verbo de vida”?


En los versículos 1 y 3, Juan hace siete declaraciones antes de terminar la oración: 1)Lo que era desde el principio, 2)lo que hemos escuchado, 3)lo que hemos visto, 4)lo que hemos contemplado, 5) lo que hemos palpado, 6) lo que hemos visto, y 7)lo que hemos oído. Entonces, concluye: “Eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros” (vers. 3). En el versículo 2, que es una inserción y una clarificación, una cuádruple enumeración termina con la frase: “Y os anunciamos la vida eterna”.

El punto central en todo esto parece ser que Juan quiere que sepamos, por nosotros mismos, la realidad de Dios que él mismo había experimentado por medio de Jesús. Él quiere que conozcamos, por nosotros mismos, la vida eterna, la comunión y el gozo que podemos tener por medio de Jesús, el mismo Jesús que él había escuchado, visto y tocado.

¿Cómo comprendes y experimentas lo que significa tener “gozo” en el Señor? ¿Has conocido a algún cristiano que esté siempre gozoso? ¿Cómo entendemos las promesas de gozo cuando tan a menudo, aun como cristianos, nuestras vidas están llenas de dolor y sufrimiento?

Lunes 6 de julio: Primera Juan 1 y Juan 1.

Los que conocen el Evangelio de Juan quedan intrigados cuando comienzan a leer la Primera Epístola de Juan, y encuentran una introducción similar a la introducción del Evangelio de Juan.

Lee 1 Juan 1:1 al 5, y compáralo con Juan 1:1 al 5. ¿Qué elementos tienen en común?

Ambos pasajes comienzan en forma casi idéntica. Ambos señalan a un tiempo en el pasado, usando “el principio”, una referencia evidente a Génesis 1:1, la Creación. Ambos distinguen entre Dios el Padre y el Verbo (o la Palabra), y ambos los ponen juntos, en estrecha conexión. Ambas secciones también usan las imágenes de “vida” y “luz”. Sin duda, las dos secciones tienen mucho en común. Pero también hay diferencias.

¿Qué énfasis encontramos en Juan 1:1 al 5, que no se observa en 1 Juan 1:1 al 5?

El Evangelio de Juan enfatiza fuertemente a Jesús como Dios y a Jesús como Creador. Aunque el título completo: “su Hijo, Jesucristo”, en 1 Juan 1:3, señala tanto la humanidad de Jesús como su divinidad, el término Dios no se aplica directamente a Jesús en la introducción a 1 Juan, como aparece en la introducción al Evangelio de Juan. El Evangelio de Juan también es muy claro con respecto a Jesús en su papel como Creador. Nada que fue hecho –es decir, nada creado– fue creado aparte de él. Difícilmente Juan podría haber sido más claro, no solo acerca de la divinidad de Cristo, sino también acerca del hecho de que fue el Creador.

Además, 1 Juan enfatiza el lugar de los testigos oculares y su proclamación (y, por lo tanto, su autoridad), un énfasis que no aparece en el Evangelio de Juan, que habla desde una perspectiva más neutral y menos “personal”.

Tomadas en conjunto, ambas secciones revelan verdades acerca de Jesús que son centrales para el plan de salvación.

Piensa en todo lo que sabes acerca de la vida de Jesús. ¿Qué cosas hizo, dijo y sufrió? Además, pregúntate: ¿Por qué hizo esas cosas? Al hacerlo, medita en el hecho de que este Hombre también era Dios, el Creador. ¿Qué esperanza y ánimo te ofrecen estas verdades? ¿De qué modo pueden ayudarte a soportar el estrés y las tensiones de la vida?

Martes 7 de julio: La Palabra de Vida (1 Juan 1:1, 2).

¿Qué crees que significa la frase “Verbo (o Palabra) de vida”? ¿Por qué es un término tan exacto para aplicar a Jesús?

En 1 Juan 1:1 se menciona el “Verbo de vida”. El término verbo también se encuentra en Juan 1:1 al 3, y se refiere específicamente a Jesús. En Apocalipsis 19, el jinete del caballo blanco es llamado “El Verbo de Dios” (Apoc. 19:13) y se refiere también a Jesús. Siendo que en los escritos de Juan el término verbo [que en griego puede significar tanto verbo como palabra] puede, en ciertos contextos, designar a Jesús, en 1 Juan 1:1 muy probablemente también se refiere a Jesús.

Lo mismo es cierto para el término vida. Jesús se llamó a sí mismo “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6). Así que, vida en 1 Juan 1:2 sin duda se refiere también a Cristo. No resulta sorprendente, entonces, que él sea “el Verbo de vida”.

¿Qué otras evidencias, en estos versículos, muestran que Juan se estaba refiriendo a Jesús cuando usó la frase “Verbo de vida”?

Aunque algunas personas han alegado que la frase “Verbo de vida” significa la proclamación del evangelio, la evidencia en cambio señala a Jesús mismo. Aunque es posible escuchar el evangelio de Jesús con los oídos, es más difícil verlo con los ojos. Entretanto, es imposible tocar al “Verbo de vida” con las manos, si esa frase se estuviera refiriendo a la proclamación del evangelio. Oír, ver y tocar a una persona tiene más sentido que oír, ver y tocar el evangelio. Además, la frase “la vida [...] estaba con el Padre, y se nos manifestó” (1 Juan 1:2) también sugiere que Juan tenía en mente a una persona cuando mencionó el Verbo y la vida.

Si aceptamos que Jesús es el “Verbo de vida”, ¿qué significa eso para nosotros? Considera cada parte de la frase: verbo y vida. ¿De qué modo los siguientes textos nos ayudan a comprender mejor lo que significa esta frase por sí misma y, aún más importante, qué significa para nosotros, personalmente? Gén. 1:14; Dan. 5:23; Mat. 8:8; Juan 1:1 - 4; Hech. 17:28.

Miércoles 8 de julio: Testigos Oculares.

A muchas personas les gusta ir a ver un juego de fútbol, un concierto, una reunión política, lo que sea. Quieren ver por sí mismos lo que sucede, y quieren experimentar el evento por sí mismos. Después, pueden compartir lo que vieron y oyeron con otras personas. Otros son testigos oculares involuntarios, por ejemplo, de un accidente, o de un crimen, y pueden ser citados para actuar como testigos en un tribunal.

Los apóstoles fueron testigos presenciales de la vida, la muerte y la resurrección de Cristo. Este “evento de Cristo” influyó sobre ellos de tal manera que no podían dejar de comunicarlo a otros.

Esto es lo que encontramos con Juan. En 1 Juan 1:1 al 4, Juan afirma haber sido un testigo ocular de Jesús. Él refuerza su afirmación diciendo que no solo vio a Jesús sino también lo tocó y lo escuchó. Juan repite estas afirmaciones en estos versículos, tratando de enfatizar la realidad de su experiencia personal con Jesús.

Juan no es el único escritor bíblico que hace estas afirmaciones tan sólidas acerca de eventos en los que fueron testigos. ¿Qué tienen en común los siguientes versículos con 1 Juan 1:1 al 3? ¿Quién está hablando, y cuál es el trasfondo de sus afirmaciones? Deut. 4:1-9; Hech. 4:20; 1 Cor. 15:4-8.

Hoy no podemos ser testigos oculares directos, por lo menos no de los eventos de la vida de Jesús o de los eventos históricos de la historia bíblica. Pero eso no significa que no podamos ser testigos presenciales de la realidad de Cristo y lo que él ha hecho por nosotros. De alguna manera, especialmente en un mundo posmoderno, nuestra propia historia personal, nuestro informe testimonial personal, puede ser un testimonio más poderoso de la realidad y la bondad de Dios de lo que pueden ser los eventos históricos registrados en la Biblia.

¿Cuál es tu informe personal como “testigo presencial” de Jesús? Escríbelo, y llévalo a la clase el sábado.

Jueves 9 de julio: Comunión con los Santos.

Alguien ha afirmado que Dios no tiene nietos; solo hijos. Una experiencia cristiana no es una experiencia hereditaria. Necesitamos hacer la decisión, en nuestros corazones, de entregarnos a Jesús. Nadie puede hacerlo por nosotros, así como nadie puede estornudar por nosotros. Tenemos que hacer la decisión nosotros mismos, y tiene que ser una entrega completa a él. En este sentido, ser cristiano es una experiencia muy personal y solitaria.

Al mismo tiempo, en esos primeros versículos, Juan añade otra dimensión de lo que significa ser cristiano. Juan nos invita a aceptar su testimonio acerca de Jesús y, con ello, experimentar el compañerismo (o comunión) con él y con otros cristianos. En otras palabras, la proclamación de Jesús edifica a la comunidad. Aceptar a Jesús como Salvador y Señor, como Dador de vida eterna, significa ser añadido a la familia de los creyentes.

De acuerdo con 1 Juan 1:3, ¿cuáles son las dimensiones de esta comunión?

Jesús mismo estableció su comunidad, o iglesia (Mat. 16:18), y se preocupa por ella en la misma forma que un pastor cuida de sus ovejas (Juan 10:14-16). Jesús y su iglesia van juntos. La proclamación de Jesús y del evangelio lleva a las personas a la comunión, no solo con el Padre y el Hijo sino también con otros creyentes. No solo hay una conexión celestial invisible sino también una conexión visible y real entre estos creyentes.

¿Cómo se describe esta comunión cristiana en su forma ideal, en el Nuevo Testamento? Ver Hech. 2:42-47; Rom. 12:3-17.

Nuestro pasaje de 1 Juan termina con el versículo 4. El propósito de Juan no solo es que la gente goce de la comunión con Dios y con los creyentes, sino también que su gozo sea completo.

El versículo 4 está, tal vez, enfocando los versículos precedentes. Nuestro gozo está completo porque Jesús, “la vida eterna”, ha aparecido. El versículo también puede estar mirando al futuro, al resto de la primera carta de Juan, en la cual se presenta a Jesús y la salvación mediante él, así como la vida con Dios (que es una vida de amor). Finalmente, puede referirse a la futura aparición de nuestro Señor. Así, 1 Juan 1:1 al 4 podría abarcar el tiempo desde el Cristo preexistente hasta la consumación final en la segunda venida de Cristo.

¿Cuál ha sido tu experiencia con respecto a la comunión cristiana? ¿Qué puedes hacer en forma diferente? ¿Cómo puedes gozar mejor, y ayudar a otros a gozar, la comunión del compañerismo que tenemos el privilegio de tener?

Viernes 10 de julio

Para Estudiar y Meditar:

Lee, El Deseado de todas las gentes, la página 307.“Juan, que personalmente había conocido a Cristo, deseaba compartir su conocimiento con sus lectores, para que pudieran participar de la misma comunión que él ya disfrutaba con el Padre y el Hijo. Al expresar este amante deseo, Juan afirma la divinidad, la eternidad y la encarnación –y por lo tanto la humanidad– del Hijo. Transmite este maravilloso conocimiento con un lenguaje que es sencillo pero enfático, para que los lectores contemporáneos del apóstol –y también los de nuestros días– no tuvieran ninguna duda acerca del fundamento de la fe cristiana y la naturaleza de la obra de Jesucristo” (CBA 7:647).

Preguntas Para Dialogar:

1.-Como clase, repasen sus propios informes como “testigos presenciales” de Jesús. ¿Qué tienen en común? ¿De qué manera se diferencian? ¿Qué puedes aprender de la experiencia de otros que te puede ayudar a conocer mejor al Señor? Al mismo tiempo, ¿qué presenciaste tú que, al compartirlo, pudo beneficiar a otros?

2.-¿Qué hay en los testimonios de los testigos oculares que los hacen tan poderosos? Al mismo tiempo, ¿por qué no deberíamos creer todos los informes presenciales? Después de todo, las personas pueden mentir, o sencillamente no ver las cosas con exactitud. ¿Pensaste alguna vez que viste algo, para darte cuenta más tarde de que estabas equivocado? Si es así, comparte tu experiencia con la clase. Al mismo tiempo, ¿qué hay en los informes de los testigos presenciales descritos en la Biblia que les da tanta credibilidad? ¿Creemos que son ciertos porque están en la Biblia? ¿O están en la Biblia porque son ciertos? ¿O son ambas cosas?

3.-Repasa todo este tema de la comunión. ¿Por qué la comunión es tan importante para todos los creyentes? ¿Qué ocurre con los que tienden a arreglarse solos, a independizarse del cuerpo de Cristo? Al mismo tiempo, ¿qué peligros potenciales surgen de ser demasiado dependientes de otros o de la iglesia? ¿De qué modo podemos alcanzar un equilibrio adecuado?

4.-¿Qué puedes hacer para ayudar a tu iglesia local a ser más receptiva de las necesidades de sus miembros, ayudándola así a cumplir algunos de los ideales del compañerismo, como se ve en varios aspectos de la iglesia primitiva? ¿En qué áreas puede tu iglesia hacer mejor las cosas?
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Lección 3: Andar en la luz: Apartarse del pecado
Edición adultos.


Para el 18 de julio de 2009

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

Sábado 11 de julio.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Juan 3:19; 8:12; Romanos 3:10-20; 1 Timoteo 1:15; 1 Juan 1:5-2:2.

Citación :
Para Memorizar: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

EN 1982 SE PUSO EN EXHIBICIÓN una obra poco usual de arte moderno. Era una escopeta fijada a una silla. Se podía contemplar la obra de arte sentándose en la silla y mirando directamente al cañón de la escopeta. El problema era que el arma estaba cargada y conectada con un cronómetro para que se disparara en un momento no determinado dentro de los próximos cien años. Es sorprendente que hubiera gente haciendo fila para sentarse y mirar el paso de la bala, aunque ellos sabían que el arma podía dispararse en cualquier momento.

¡Qué manera de tentar la suerte!

Desgraciadamente, la gente hace lo mismo con el pecado, pensando que pueden mirarlo fijamente a la cara y salir sin sufrir daño. Sin embargo, a diferencia de la escopeta, el pecado –a menos que se recurra a Cristo– definidamente los matará.

Esta semana, Juan considera el problema del pecado y su solución en Jesucristo.

Un Vistazo a la Semana: ¿Qué quiere decir la Biblia cuando llama “luz” a Dios? ¿Qué clase de errores con respecto a la realidad del pecado procuró tratar Juan en estos primeros versículos? ¿Qué promesas nos presenta Juan como el remedio para el pecado en nuestras vidas? ¿Por qué necesitamos esas promesas?

Domingo 12 de julio: La Luz (1 Juan 1:5).

Lee 1 Juan 1:5. ¿Qué quiere decir Juan cuando afirma que “Dios es luz”? Después de todo, la luz es meramente un fenómeno físico, una forma de energía compuesta de fotones. ¿Qué quería decir Juan? Ver Sal. 27:1; 36:9; Mat. 4:16; Juan 3:19; 8:12; 12:46; 1 Tim. 6:16.

La Luz se usa con referencia tanto a Jesús como al Padre. La gloria de Dios es luz, y lo señala como aquel que trae la salvación. La imagen también enfatiza el concepto de verdad y revelación. Y, especialmente en nuestro contexto inmediato, destaca sus cualidades morales de justicia, santidad y perfección (ver también 1 Juan 2:9).

¿Por qué Juan no se contenta con decir que Dios es “luz” sino que añade que en él “no hay ningunas tinieblas”?

Al añadir esa frase, el apóstol subraya en los términos más fuertes posibles la perfección de Dios y su separación del pecado. Él no es comparable con los dioses griegos o romanos, en quienes supuestamente se encontrarían virtudes y vicios combinados. Dios es santidad pura, bondad pura, justicia pura. Él es, en un sentido, tan opuesto al pecado como la oscuridad lo es a la luz.

La mención de la oscuridad que hace Juan, entretanto, presenta un elemento nuevo, uno que establece el escenario para lo que sigue. Como seres caídos, sumergidos en el pecado, los seres humanos pertenecen por naturaleza al ámbito de la oscuridad en vez de pertenecer a la esfera de la luz. Si Dios es luz y nosotros estamos en la oscuridad, el contraste entre nosotros y Dios, especialmente en cuanto a santidad y justicia, no podría ser mayor.

Piensa en la oscuridad. ¿Qué clase de emociones, imágenes y pensamientos evoca en ti? Anota lo que pienses de la oscuridad, acerca de lo que representa y acerca de cómo te hace sentir. ¿Por qué esta es una imagen muy apropiada para el pecado y la falta de santidad? Lleva tus respuestas a la clase el sábado.

Lunes 13 de julio: El Problema del Pecado (1 Juan 1:6, 8, 10).

Primera Juan 1:6 al 10 constituye una unidad. Después de su declaración principal acerca del carácter de Dios, Juan trata con algunas creencias que aparentemente circulaban entre los creyentes. Y él critica estas creencias.

Los cinco versículos comienzan más o menos del mismo modo; es decir, “si...” Sin embargo, notamos una diferencia marcada entre ellos.

¿Cuáles son algunas de las afirmaciones de las que trata Juan en los versículos 6, 8 y 10? ¿Qué declaraciones falsas se hacían, y qué tienen ellas en común?

La primera declaración analiza el compañerismo con Dios. La gente pretende tener comunión con Dios, pero en realidad camina en la oscuridad, lo que significa que realmente no está caminando con Dios.

En contraste, andar (vers. 7) en la luz resulta en verdadera comunión. Los que hacen esto son limpiados de sus pecados. Por lo tanto, el caminar en la oscuridad tiene que ver con vivir en el pecado. Vivir en el pecado y pretender tener comunión con Dios es, de acuerdo con Juan, una mentira.

Las siguientes dos afirmaciones, en los versículos 8 y 10, también están vinculadas con el pecado. Aunque Juan habla en contra de la práctica del pecado, él es muy claro acerca de la realidad del pecado en nuestras vidas. En el versículo 8 parece hacer frente a la creencia de que los seres humanos no son pecadores, una enseñanza que va en contra de la doctrina cristiana más básica.

¿Por qué la declaración de Juan en el versículo 10 es tan importante? ¿Cuáles son las implicaciones de la idea de que “no hemos pecado”?

Nota la progresión en estos versículos. En el versículo 6, la gente está mintiendo. En el versículo 8, se engaña a sí misma. En el versículo 10, hace que Dios aparezca como mentiroso. Obviamente, Juan comprende la realidad y seriedad del problema del pecado para la humanidad.

¿Cuán abierto y honesto eres contigo mismo con respecto a la realidad del pecado en tu propia vida? ¿Tiendes a ignorarlo, a justificarlo o a regañarte por causa de él? ¿Cuál debería ser tu actitud hacia tus propias luchas con el pecado, y qué puedes hacer a fin de cultivar la actitud correcta? ¿Cuál es la actitud correcta?

Martes 14 de julio: Respuestas al Problema del Pecado (1 Juan 1:7, 9; 2:2).

Es claro que en estos versículos Juan se está refiriendo a la seriedad del pecado. ¿De qué modo él comprende el pecado? En 1 Juan 3:4, lo iguala a la ilegalidad. De acuerdo con 1 Juan 5:17, el pecado es injusticia o mal hacer. Es un apartarse de la voluntad de Dios como se nos revela en las Escrituras. El pecado también es opuesto a la verdad. La persona que comete pecado se aparta de Dios, y esta alienación conduce a la muerte espiritual. Pecado, en singular, puede señalar a la separación del pecador de Dios; en el plural, pecados, puede señalar a los actos pecaminosos. De cualquier manera que lo consideremos, una cosa es segura: el pecado es real y, a menos que lo resolvamos, nos destruirá.

Hay promesas divinas en 1 Juan 1:7 y 9 con respecto a la solución del problema del pecado. ¿Cuáles son estas promesas, y cómo podemos hacer que sean reales en nuestras propias vidas? ¿Cómo podemos experimentar por nosotros mismos lo que Dios nos está prometiendo aquí?

El perdón de los pecados ha llegado a ser posible por causa de la muerte de Cristo en la cruz, el derramamiento de su sangre como sacrificio. Por cuanto hemos transgredido la Ley y por ello merecemos la muerte, él murió en nuestro lugar y nos ha liberado de la condenación eterna que nuestra transgresión nos acarrearía. Más aún, su sangre nos purifica de todo pecado.

Sin embargo, de nuestra parte, es necesaria la confesión de los pecados. El término confesar, en 1 Juan 1:9, también puede significar admitir, reconocer. El texto no menciona a quién debemos confesar los pecados. Ciertamente se implica que a Dios, porque en la siguiente parte del versículo escuchamos que, si se confiesan los pecados, Dios es fiel y justo, y nos perdonará nuestros pecados. Puede ser que la confesión de los pecados incluya también la confesión pública ante aquellos a quienes hemos herido por medio de nuestros pecados; aun así, el perdón del pecado viene solamente de Dios.

Primera Juan 1:9 también tiene la fuerza de una orden. Deberíamos poner nuestros pecados delante de Dios, y él nos perdonará y nos purificará. Pecar nos hace culpables; necesitamos el perdón. El pecado nos contamina; necesitamos purificación. Por medio de Jesús, Dios ha abierto el camino para que tengamos ambas cosas.

¿Qué áreas de tu vida podrían necesitar cambiar a fin de aprovechar mejor estas promesas maravillosas? ¿Qué te retiene de elegir entregarle todos tus caminos pecaminosos a Dios?

Miércoles 15 de julio: El Blanco del Cristiano (1 Juan 2:1).


En 1 Juan 2:1, Juan nos llama a no pecar. ¿De qué modo deberíamos comprender esta amonestación?

El llamado a no pecar está en el contexto de caminar en la luz, que fue introducida con la afirmación de que Dios es luz. Si queremos vivir en comunión con él y con sus hijos, debemos andar en la luz, y andar en la luz significa renunciar al pecado (1 Juan 2:1).

Juan se dirige a los creyentes en una forma atenta e íntima, llamándolos “hijitos”, y diciéndoles una razón para escribirles su carta: Ellos deben renunciar al pecado completamente. Al hacerlo, no está sugiriendo que sea posible una existencia completamente libre de pecado, sino que está suplicando a los cristianos que se aparten de cualquier acto específico de pecado.

¿Por qué equilibra Juan su amonestación a no pecar con la frase “si alguno hubiere pecado”? Ver también 1 Rey. 8:46; Rom. 3:10-20; 1 Tim. 1:15.

La referencia al pecado aquí podría haber sido mal entendida en el sentido de que alguien podría pensar que el pecado no importa: “No pretendan estar sin pecado; de todos modos, ustedes son pecadores. Por lo tanto, vivan su vida y no se preocupen por el pecado”.
Por lo tanto, Juan tiene que equilibrar sus declaraciones acerca del pecado, y lo hace con 1 Juan 2:1. La meta de un discípulo de Cristo es no pecar. Los cristianos deben admitir que son pecadores; no obstante, deben procurar vivir sin pecar.

Al mismo tiempo, Juan no quiere dar la idea de que podemos estar perfectamente sin pecado. Por lo tanto, junto con su amonestación contra el pecar, dice: “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos...” Este es un claro reconocimiento de la realidad del pecado en las vidas de los cristianos. Aun los cristianos consagrados y sinceros podrían cometer pecados. Desgraciadamente, el pecar es siempre una posibilidad real para los miembros de la iglesia. Por lo tanto, necesitan ayuda. Necesitan que alguien los ayude a resistir la tentación, pero también necesitan alguien que intervenga en favor de ellos después de que hubieren pecado.

¿Cómo podemos aprender a vivir con la tensión de ser pecadores y, no obstante, ser amonestados –muy fuertemente en la Biblia– a no pecar?

Jueves 16 de julio: El Consuelo de los Cristianos (1 Juan 2:1, 2).

Primera Juan 2:1 y 2 contienen declaraciones maravillosas que consuelan a los pecadores arrepentidos, y los llenan con esperanza y ánimo. A pesar del pecado y la culpa, y las horribles consecuencias que a menudo surgen de nuestros pecados, hay una solución. Juan ya ha mencionado el perdón y la purificación de los pecados. Ahora vuelve a este tema, diciendo que este perdón ha llegado a ser posible por medio de Jesús.

¿De qué modo? Primero, él es nuestro Abogado, y él intercede en nuestro favor. Este Abogado se identifica como el Mesías (“Cristo”), y se dice que él es justo. La justicia fue atribuida a Dios el Padre en 1 Juan 1:9. En 1 Juan 2:1 se le atribuye al Hijo, y es por causa de su carácter justo que él puede interceder por nosotros.

Segundo, nuestro perdón está asegurado porque, por medio de su muerte como sacrificio, Jesús produjo la propiciación, o expiación; esto significa que él pagó la penalidad por nuestros pecados. La deuda que nosotros debíamos, la que nunca podríamos pagar, Jesús la pagó por nosotros.

Por lo tanto, Juan describe a Jesús como el Sacrificio y el Intercesor. En el contexto del testimonio del Nuevo Testamento, esto implica que Jesús vivió entre nosotros una vida sin pecado, murió en la cruz, resucitó de los muertos y ascendió al cielo, donde intercede en nuestro favor.

El término paráklētos, traducido como abogado en 1 Juan 2, ha sido traducido de varias maneras; p. ej.: consolador, ayudador, abogado, mediador, o intercesor (Ver Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7; 1 Juan 2:1). Es una persona que es llamada a estar al lado de otra persona y ocupa el lugar de otra. Un paráklētos puede ser una persona que ayuda a un amigo. En el Evangelio de Juan, el Espíritu Santo es el ayudador. En la Primera Epístola de Juan, Jesús es el ayudador e intercesor (1 Juan 2:1).

Cuando hablamos acerca de Jesús como nuestro Abogado y recibimos gran consuelo en el hecho de que él es el instrumento que provee el perdón de nuestros pecados, debemos ser cuidadosos de no dar la impresión de que el Padre es malvado y severo, y que debe ser persuadido por un intermediario para que nos perdone. Tal cuadro de Dios es injustificado. Él es quien envió a Jesús a nuestro favor (Juan 3:16). También, unos pocos versículos antes, se nos dice que él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos (1 Juan 1:9). Jesús no tiene que pacificar al Padre. Por lo contrario, el Padre es quien ha revelado, por medio de Jesús, que él desea nuestra salvación.

Basados en lo que acabamos de leer, ¿de qué modo comprendes las maravillosas promesas que se nos dan en 1 Juan 2:1 y 2? ¿Qué significan en términos de nuestro caminar diario con el Señor? ¿Cómo puedes hacer que esas promesas sean más reales en tu propia vida? ¿Qué cambios deberían producir esas promesas en tu experiencia?

Viernes 17 de julio.

Para Estudiar y Meditar:

Lee, en El camino a Cristo, “Para obtener la paz interior”, pp. 36-41.

“‘Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad’. Las condiciones que debemos cumplir para obtener la misericordia de Dios son sencillas y razonables. El Señor no requiere que hagamos algo penoso para obtener perdón. No necesitamos hacer largas y cansadoras peregrinaciones o dolorosas penitencias para recomendar nuestras almas al Dios del cielo o para expiar nuestra transgresión. El que ‘confiesa’ su pecado y ‘se aparta’ de él ‘alcanzará misericordia’ (Prov. 28:13). En los atrios celestiales, Cristo intercede por su iglesia, por aquellos en cuyo favor pagó el precio de la redención con su sangre. Los siglos y las edades no podrán disminuir la eficacia de su sacrificio expiatorio. Ni la vida ni la muerte, ni lo alto ni lo bajo, pueden separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, no porque nosotros estemos tan firmemente asidos de él, sino porque él nos sostiene fuertemente. Si nuestra salvación dependiera de nuestros propios esfuerzos, no podríamos ser salvos; pero depende del que respalda todas sus promesas” (HAp 456).

Preguntas Para Dialogar:
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Quisiera aportar con lo que faltó del día viernes:

Preguntas Para Dialogar:

1.-En la clase, lean lo que escribieron acerca de los pensamientos, las emociones y las imágenes que la idea de “oscuridad” les produjo. ¿De qué modo eso los ayuda a comprender mejor no solo lo que significa ser impío y estar en pecado sino también lo que significa andar en la luz de Dios?

2.-¿Cómo podrías ayudar a los que están tan abrumados con sus pecados y sus culpas que están listos a renunciar a Dios completamente? ¿Qué promesas y ánimo puedes ofrecerles? ¿Qué ejemplos de la Biblia puedes encontrar en los que Dios perdonó algún pecado muy terrible?

3.-Algunas personas creen que tenemos que ser totalmente libres de todo pecado antes de poder ser salvados. ¿Cómo tratas esta creencia, sin dar, al mismo tiempo, la impresión de que el pecado no importa?

4.-Alguien mató a la mayor parte de una familia de personas que no eran cristianas y que nunca profesaron fe en Jesús. Años más tarde, en su lecho de muerte, el asesino confesó sus actos y aceptó a Cristo como su Salvador. ¿Cómo responderías a este comentario de un miembro sobreviviente de la familia?: “Así que, de acuerdo con ustedes, los cristianos, toda mi familia está destinada para el castigo final, mientras que la persona que los asesinó ahora tiene la promesa del cielo? ¿Es eso lo que enseña la religión de ustedes?”
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Lección 4: Andar en la luz: Guardar sus mandamientos

Edición adultos



Para el 25 de julio de 2009

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes

Sábado 18 de julio.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Levítico 19:18; Lucas 14:26; Juan 3:20, 13; 1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:18; 1 Juan 2:3-11.

Citación :
Para Memorizar: “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos” (1 Juan 2:3).

UN PASTOR HABÍA ESTADO ACONSEJANDO a un matrimonio. ¿El problema? El esposo había estado teniendo aventuras extramatrimoniales. No es que el hombre tuvo una aventura, sino muchas. El esposo trató de calmar la situación diciéndole a su esposa, que aunque había estado con otras mujeres, eso no significaba que él no la amara. De hecho, él dijo que la amaba más que a cualquiera de las otras.

Como puede imaginarse, sus palabras, lejos de resolver el problema solo lo empeoraron. ¿Por qué? Porque, si amas a alguien, lo muestras por tus acciones, por tus actos, no solo por lo que dices.

Esta semana, Juan habla acerca de lo que significa conocer y amar a Dios. Cualquiera puede decir que ama al Señor. La pregunta es: De acuerdo con la Biblia, ¿cómo revelamos ese amor?

Un Vistazo a la Semana:
¿Qué significa conocer a Dios, en contraste con solo conocer algo acerca de él? ¿Qué lugar tiene la obediencia a la Ley de Dios en nuestra relación con él? ¿Qué dice Juan acerca de Jesús como un modelo de conducta? ¿Cuál es el “nuevo mandamiento” que da Juan y de qué modo es realmente “nuevo”?

Domingo 19 de julio: “Qué Sabemos” (1 Juan 2:3-5).

La frase “En esto sabemos” aparece dos veces en los pasajes indicados arriba. ¿Qué es lo que saben los cristianos, según Juan?

Primero, que ellos han llegado a conocer a Dios (vers. 3) y, segundo, que “están en él” (vers. 5). Considerando lo que está en juego –nuestra vida eterna o nuestra destrucción eterna (ver Juan 5:29)–, estas son cosas importantes para conocer, ¿verdad?

Al mismo tiempo, tenemos que ser cuidadosos de que no tomemos el conocimiento mismo como el medio de salvación. De hecho, esa es exactamente la clase de herejía que Juan está enfrentando aquí y en otros lugares: la idea de que el conocimiento por sí solo produce la redención.

El conocimiento (gnósis) era un término vital en la religión antigua, y era un concepto importante en el mundo religioso de los primeros siglos después de Cristo. Probablemente por el segundo siglo se había constituido en una herejía plenamente desarrollada entre los cristianos llamada gnosticismo. En el gnosticismo había muy poca preocupación por la conducta moral. El énfasis estaba puesto en la experiencia mística, y mitos fantásticos acerca de Dios y de la naturaleza de la humanidad. La salvación se ganaba por medio de este conocimiento secreto más bien que por medio de una relación de fe con el Señor.

¿Qué nos enseñan los siguientes textos acerca de cómo usa el Nuevo Testamento la idea del conocimiento? Mat. 13:11; Luc. 1:34, 77; Juan 17:3; Rom. 3:20; 1 Cor. 8:1; 1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:18; 1 Juan 4:8.

En el Nuevo Testamento, conocer/conocimiento tiene un significado teórico y teológico. Sin embargo, también describe relaciones. Conocer a Dios significa tener una relación íntima con él. La obediencia, el amor y el mantenerse alejado del pecado, todos señalan la existencia de esa relación. La teoría y la experiencia del conocimiento deben ir juntas.

Aunque Juan usa con frecuencia el verbo conocer, siempre deja a un lado el sustantivo conocimiento. Pudo haber decidido evitar el término más técnico a fin de evitar la confusión con el gnosticismo.

¿Conoces al Señor o solamente conoces cosas acerca de él? ¿Cuál es la diferencia decisiva entre estos dos conceptos? Pero, lo más importante, si es solo lo último, ¿cómo puedes cambiar, y por qué es importante que lo hagas?

Lunes 20 de julio: Guardar los Mandamientos (1 Juan 2:3-5).

Cualquiera puede decir que conoce a Dios. De hecho, mucha gente ha hecho eso, aun personas en los días de Juan. Muchos también lo hacen hoy. Es fácil hablar.

Para Juan, ¿cuál era la evidencia externa, la prueba exterior, de que una persona conoce a Dios? ¿Qué más dice Juan acerca de este tema? Juan 14:15, 21; 15:10; 1 Juan 3:22, 24; 5:3; Apoc. 12:17; 14:12. ¿De qué modo estos versículos se vinculan entre sí? ¿De qué modo nos afirman, como adventistas, en nuestra posición acerca de la Ley?

Guardar los mandamientos es muy importante para Juan y para Jesús. La frase aparece con bastante frecuencia en los escritos de Juan. Guardar los mandamientos es una señal de que conocemos a Dios/Jesús y lo amamos. El amor y la obediencia están conectados. El término “a él” o “le” pueden referirse ya sea a Dios el Padre o a Jesús, y es un tanto ambiguo, tal vez intencionalmente. Primera de Juan 2:4 afirma la misma verdad en términos negativos, y puede referirse a una falsa pretensión hecha por los que dicen que pueden llegar a conocer a Dios y, sin embargo, descuidar la observancia de los mandamientos. Juan ataca esta idea con un lenguaje muy fuerte, llamando mentiroso a todo el que la enseña.

¿Por qué la observancia de la Ley revela nuestro conocimiento de Dios? ¿De qué modo el hecho de guardar la Ley revela la realidad de nuestro conocimiento de Dios? ¿Cómo se relaciona una cosa con la otra?

La clase de conocimiento de Dios del cual habla la Biblia no es meramente una información sobre los hechos. Es un conocimiento que forma la base de una relación de amor. No puedes realmente amar a alguien que no conoces. Y si amas a alguien actuarás de cierta manera. Un hombre que verdaderamente ama a su esposa no la engañará. Él puede declarar su amor día y noche, y, no obstante, si sus acciones no revelan ese amor, entonces, para usar el término de Juan, es un “mentiroso”.

¿Qué otras analogías puedes pensar que son útiles para comprender por qué nuestra obediencia, nuestros actos, forman una parte inseparable de lo que significa conocer a Dios?


Martes 21 de julio: ¿Qué Haría Jesús? (1 Juan 2:6-8 ).

Hace un tiempo, hubo una moda durante la cual jóvenes cristianos usaban brazaletes con las letras QHJ inscritas en ellos, que querían decir “¿Qué haría Jesús?” Aunque algunos se burlaban de la idea como infantil, por lo menos la idea detrás de la moda era buena; y la idea era que, confrontados con una situación, deberíamos pensar qué haría Jesús y tratar de hacer lo mismo.

Esto corresponde muy bien con lo que Juan ha estado diciendo aquí. La primera parte de nuestro pasaje enfatizó que andar en la luz y conocer a Dios significan ser obediente. La segunda parte ahora llama a los cristianos que quieren permanecer en él y andar en la luz a seguir el ejemplo de Jesús al vivir sus vidas. ¿Cómo pueden hacer eso? Tienen que descubrir cómo vivió Jesús, y cada día deben comparar su conducta con la de él.

En otras palabras, “¿Qué haría Jesús?”

Hojea los evangelios. ¿Cuáles son algunas de tus historias favoritas de Jesús? es decir, ¿qué historias realmente te hablan al corazón acerca de la clase de persona que fue Jesús? ¿Cuán parecido eres a él en esas áreas

Aunque la muerte de Jesús y su resurrección son el clímax de los evangelios, se registra suficiente información acerca de las enseñanzas de Jesús como para que puedas comprender de qué manera un ser humano, idealmente, debería vivir.

Esto es importante para recordar, porque a veces la gente quiere concentrarse solo en Jesús como Salvador, Jesús como su Sustituto, y no en Jesús como su Señor y Ejemplo. Juan aceptó a Jesús en ambos sentidos como Salvador y como ejemplo. En 1 Juan 1:7, había mencionado la limpieza por medio de la sangre de Cristo, lo cual señala a su muerte en la cruz en nuestro lugar. De acuerdo con 1 Juan 2:2, Jesús es el sacrificio expiatorio por nuestros pecados. Él fue nuestro sustituto. Pero, en los versículos que estudiamos esta, semana aparece el otro aspecto. Jesús vivió una vida ejemplar. Nosotros debemos seguir sus pisadas.

La mayoría de nosotros, no importa quiénes seamos, estamos afrontando alguna clase de dificultades en la vida. Piensa acerca de tu mayor desafío, tu mayor lucha. Luego, pregúntate: “¿Qué haría Jesús?” Después de que hayas encontrado lo que consideras tu mejor respuesta, pregúntate: “¿Qué me detiene de hacer lo mismo?”

Miércoles 22 de julio: El Mandamiento Nuevo (1 Juan 2:7, 8 )

Después de enfatizar la importancia de obedecer los mandamientos (1 Juan 2:3, 4), Juan, en los versículos 7 y 8, presenta la idea de un “mandamiento nuevo”. ¿Qué es este “mandamiento nuevo”? La respuesta se encuentra en Juan 13:34, donde aparece la misma expresión, “mandamiento nuevo”.


Lee Juan 13. ¿Cuál es el contexto que nos ayuda a comprender qué es este “mandamiento nuevo”?


Después de haber mostrado a sus discípulos qué significa servir; específicamente, al rebajarse y realizar la tarea humilde de lavar los pies de alguien, Jesús pronunció su “mandamiento nuevo”. Sus discípulos debían amarse unos a otros así como Jesús los amó.

Una situación similar ocurre en 1 Juan 2:6 al 8. Luego de haber hablado acerca de caminar como Jesús anduvo, Juan señala el mandamiento de Jesús que aparece en Juan 13. Esta conexión literaria con Juan 13:34 y 35 es la que nos ayuda a revelar el significado de 1 Juan 2:7 y 8. El mandamiento del que habla Juan es el mandamiento acerca del amor fraternal.

Pero ¿por qué afirma que no está escribiendo un mandamiento nuevo sino uno antiguo? Es porque el mandamiento del amor al prójimo ya estaba presente en el Antiguo Testamento (Lev. 19:18 ). Cuando Juan escribió su carta, el “nuevo mandamiento” de Jesús, en Juan 13:34, ya había sido un mandamiento por muchos años.

No obstante, en un sentido, este mandamiento era nuevo porque había sido cumplido continuamente en la vida de Jesús (“en él”, vers. 6) y había de verse en sus seguidores (“y en vosotros”, vers. 8 ), de una manera que no tenía precedentes por causa de la nueva era inaugurada con la primera venida de Jesús (“las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra”, vers. 8 ).

Finalmente, el concepto de la Ley de Dios conecta la primera parte de nuestro pasaje (1 Juan 2:3-6) con la segunda (1 Juan 2:7, 8 ). Los Mandamientos están resumidos en el mandamiento de amarse unos a otros. Andar en la luz y andar como Jesús significa guardar los Mandamientos y amarse unos a otros.

¿Cuándo fue la última vez que “lavaste los pies de alguien”, hablando en forma figurada? Si eso ocurrió hace mucho, ¿qué te dice eso acerca de ti mismo y acerca de cómo te relacionas con otros? ¿Por qué es tan difícil de lograr en nuestras vidas la clase de muerte al yo que conduce a servir a otros?

Jueves 23 de julio: Amar a Otros (1 Juan 2:9-11).

Resume lo que Juan está diciendo en los versículos indicados arriba.

El amor se mencionó brevemente en 1 Juan 2:5. Obviamente ese amor se refiere a nuestro amor hacia Dios, que se manifiesta cuando guardamos sus mandamientos. El amor se trató en forma indirecta en la segunda parte de nuestro pasaje, al hablar del mandamiento nuevo (vers. 6-9). El amor hacia los demás cristianos es, sin embargo, claramente estipulado en la última sección de nuestro párrafo (vers. 9-11). También comienza con la frase: “El que dice” (ver vers. 4, 6, 9).

El versículo 9 hace una afirmación acerca del miembro de iglesia que odia a su hermano. Esta persona está en tinieblas. El versículo 10 muestra el lado positivo; es decir, una persona que ama a su hermano. El versículo 11 vuelve a mencionar el odiar al hermano. Esa persona no solo está en tinieblas, sino también sus ojos han sido cegados.

En su carta, Juan está interesado principalmente en la comunidad cristiana. Esto no significa que niega el hecho de que los cristianos son llamados a amar a sus prójimos y aun a sus enemigos; pero esta no es su preocupación aquí. Él tiene otro problema en manos

Odiar al hermano es una afirmación fuerte, y puede no gustarnos aplicarla a nosotros y a nuestra conducta. Podemos preferir decir que nos irritan u ofenden; pero las Escrituras a menudo usan el término odiar de maneras que hoy no las usamos con tanta frecuencia. ¿Cómo se usa el término odiar, y cómo ha de entenderse en los siguientes textos? Mat. 6:24; 24:9, 10; Luc. 14:26; Juan 3:20.

En las Escrituras, odiar representa no solo lo que nosotros hoy llamamos odio, sino también la preferencia de una persona sobre otra, o descuidar a alguien. En otras palabras, no hace falta despreciar a alguien para revelar “odio”, según algunos textos bíblicos.

¿Hay alguien a quien odias, y tal vez con buena razón? Si es así, hazte la pregunta: ¿Qué haría Jesús?


Viernes 24 de julio.

Para Estudiar y Meditar:


Lee Génesis 39:7 al 12; Daniel 3:8 al 18; y Apocalipsis 13:16 y 14:5.

Andar en la luz, que incluye guardar los Mandamientos, vivir como Jesús y ejercer amor, es especialmente importante al final de la historia del mundo. La Ley de Dios está siendo desafiada, y el tema de la verdadera adoración y la obediencia al Creador será cada vez más importante. En las Escrituras se mencionan ejemplos, personas que permanecieron fieles aun bajo las circunstancias más provocativas: José, los amigos de Daniel, Daniel mismo, y muchos otros. El ejemplo supremo es Jesús. Debemos hacer la decisión de seguir donde él nos guíe, no importa qué ocurra.

“Juan nos dice que el verdadero amor a Dios será revelado mediante la obediencia a todos sus mandamientos. No basta creer la teoría de la verdad, hacer una profesión de fe en Cristo, creer que Jesús no es un impostor y que la religión de la Biblia no es fábula por arte compuesta.[...] Juan no enseñó que la salvación puede ser ganada por la obediencia, sino que la obediencia es el fruto de la fe y del amor” (HAp 464, 465).

Preguntas Para Dialogar:

1.

Una cosa es guardar los Diez Mandamientos; otra cosa es amar a otras personas. ¿Cuál es la diferencia? ¿Qué es más fácil de hacer, y por qué?
2.

El filósofo francés Michael Foucault en cierta ocasión diferenció entre dos clases de conocimiento: la clase que cambia a aquel que adquiere ese conocimiento, y la clase de conocimiento que no produce ningún cambio en la persona. ¿Cuáles podrían ser algunos ejemplos de esos dos tipos de conocimiento? Pero, más importante, ¿qué clase de conocimiento es el conocimiento de Dios, y qué clase de cambios debería producir en quienes tienen ese conocimiento?
3.

¿Cómo podemos evitar caer en la trampa de tratar de ganar nuestra salvación por guardar los mandamientos, mientras al mismo tiempo evitamos la trampa de creer que podemos ser salvos aunque desobedezcamos la Ley?
4.

¿Qué pueden hacer ustedes, como clase, para ayudar a su iglesia local a comprender mejor lo que significa manifestar amor? ¿Existe algo así como el amor corporativo? Piensa en cómo sería una iglesia local ideal y perfectamente amante. ¿Cuán bien se ajusta a eso tu iglesia local?
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MensajeTema: Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009)   Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009) Icon_minitimeSáb Ago 22, 2009 1:14 pm

Lección 5: Andar en la luz: Renunciar a la mundanalidad

Edición adultos


Para el 1 de agosto de 2009

Sábado | Domingo | Lunes | Martes | Miércoles | Jueves | Viernes


Sábado 25 de julio.

Lee Para el Estudio de esta Semana: Daniel 5:13; Juan 15:19; Colosenses 1:14; 2:8, 13; 2 Pedro 3:10-12; 1 Juan 2:12-17.

Citación :
Para Memorizar: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15).

EN 1933, EL AUTOR FRANCÉS ANDRÉ MALRAUX publicó el libro Man’s Fate [La suerte del hombre], una historia acerca de un levantamiento en Shanghai, China, que tuvo mala suerte, en la década de 1920. En la historia, un terrorista, Ch’en, está caminando por la calle cuando su primer maestro, un pastor cristiano, se acerca a él y comienza una conversación acerca de la pérdida de fe de Ch’en. ¡El maestro cristiano no tenía la menor idea de que en ese momento Ch’en estaba llevando una bomba en camino a un asesinato político! Ch’en contesta que él no ha perdido su fe; sencillamente la había puesto en la política, eso era todo.

Su antiguo maestro le preguntó con tristeza: “¿Qué fe política podrá destruir la muerte?”
En otras palabras, no importan tus ideas políticas, no importa la utopía que esperes crear, nunca derrotará la gran plaga de la humanidad: la muerte.

Mientras continúan mostrándonos lo que significa “andar en la luz”, los textos de esta semana nos señalan la temporalidad de nuestro mundo en contraste con la vida eterna que se encuentra solo en Dios.

Un Vistazo a la Semana: ¿Sobre qué base podemos saber que nuestros pecados fueron perdonados? ¿Qué significa conocer a Dios? ¿Qué significa no amar las cosas del mundo? ¿Cuál es la suerte última del mundo?

Domingo 26 de julio: “Por Su Nombre”.

“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre” (1 Juan 2:12).

En 1 Juan 2:12 al 15, Juan se dirige a los “hijitos”, a los “padres” y a los “jóvenes”. Aunque se han hecho diversas sugerencias acerca de lo que quiso decir con esa distinción, sugerimos que los “hijos” a los que se refiere son todos los miembros de la iglesia, porque Juan usa la expresión hijitos en ese sentido en su epístola (1 Juan 2:1, 12, 28; 3:7; 4:4; 5:21). Los “padres” representarían a los miembros de más edad en la iglesia; y los “jóvenes”, a los miembros más jóvenes. Es decir, él les está escribiendo a todos.

En 1 Juan 2:12, él les dice a todos que sus pecados están perdonados. ¿Sobre qué base se encuentra ese perdón? ¿Por qué es tan importante para los cristianos saber que sus pecados están perdonados? Ver también Hech. 5:31; Rom. 4:7; Efe. 4:32; Col. 1:14; 2:13.

Juan quiere que sus oyentes, es decir, los fieles feligreses, tengan la certeza absoluta de su salvación. Se refiere a lo que ya les dijo acerca del pecado en 1 Juan 1:9 y 2:1 y 2, enfatizando que ser cristiano significa tener este perdón. Los cristianos no niegan su pecaminosidad, pero han aceptado la salvación por medio de Jesucristo y, por lo tanto, viven con la certeza de estar perdonados.

El punto vital es que los cristianos comprendan que la base de su salvación se encuentra solo en Jesús y en lo que Jesús ha hecho por ellos. Por eso, Juan dice que han sido perdonados: no sobre la base de sus buenas acciones, no sobre la base de sus creencias y ni siquiera sobre la base de su conocimiento de Dios, sino más bien “por su nombre”; es decir, sobre la base de Jesús y lo que él ha hecho por ellos. De este modo, en medio de todo el discurso de Juan acerca de vencer, acerca de la obediencia, él mantiene ante ellos el énfasis de que la salvación solo viene por causa de Jesús.

¿Cuán importante es para ti saber que tienes el perdón de los pecados? ¿Dónde estarías hoy si tuvieras dudas sobre ese perdón? Además, ¿por qué siempre tienes que recordar que la base del perdón se encuentra en Jesús, no en ti mismo?

Lunes 27 de julio: Vencer al Maligno.

Lee 1 Juan 2:13 y 14. ¿Qué te enseñan estos versículos? ¿Qué mensaje positivo obtenemos de ellos, y cómo podemos aplicar esos mensajes a nosotros mismos?

A los hijos se les recuerda que conocen al Padre, mientras a los padres se les recuerda que conocen al que es desde el principio. Obviamente, esta persona es Jesús. “En el principio” es atribuido a Jesús en 1 Juan 1:1. Parece tener más sentido cuando, en estos versículos, el Padre y el que es desde el principio [Jesús] son dos personas diferentes.

Cuando se dirige a los jóvenes por segunda vez, se repite la frase “habéis vencido al maligno”, pero la afirmación se amplía. Los jóvenes han vencido no solo al mal sino a Satanás mismo, porque pertenecen a Cristo y reclaman su victoria. El lenguaje original indica que el vencer ha sido alcanzado en el pasado, pero las consecuencias son una realidad continua. Los jóvenes también son espiritualmente fuertes, y la “palabra de Dios” permanece en ellos.

La Palabra de Dios señala a su autor, el Espíritu Santo (Efe. 6:17; 2 Ped. 1:21). Por lo tanto, algunos expositores han sugerido que en estos versículos se encuentra una referencia implícita a la Trinidad: Dios el Padre, Jesús como aquel que es desde el principio y el Espíritu Santo representado mediante la Palabra de Dios. Al fin, los verdaderos creyentes han llegado a conocer a Dios y siguen conociéndolo; es decir, tienen una relación íntima con él.

De este modo, en estos versículos se nos presenta la esencia de la vida cristiana: el perdón de los pecados, el conocer a la Deidad, la victoria sobre el pecado y la Palabra de Dios viviendo en nosotros.

Por cuanto los creyentes saben que Dios y su Palabra viven en ellos, están listos para los desafíos presentados en 1 Juan 1:15 al 17. Mientras los versículos 12 al 14 contienen declaraciones afirmativas, el versículo 15 comienza con un imperativo, un llamado o una orden: “No améis al mundo”.

Escribe un párrafo que responda a la pregunta: ¿Qué significa conocer a Dios? ¿Qué te indica tu respuesta con respecto a ti mismo y tu relación con Dios? Trabaja en tu respuesta durante la semana, y prepárate (si estás dispuesto) a compartirla en la clase el sábado.

Martes 28 de julio: Renunciar a Todo Amor al Mundo (1 Juan 2:15).


A los cristianos se nos amonesta a no amar al mundo. ¿De qué modo define la Escritura el término mundo? Juan 12:19; 15:19; Hech. 17:24; Rom. 1:20; Col. 2:8; 1 Tim. 6:7; Sant. 4:4; Apoc. 11:15.


El término kósmos (traducido “mundo”) designa el universo, la tierra, la humanidad, la esfera de su existencia y la forma de vida opuesta a Dios. El término se encuentra más de veinte veces en 1 y 2 Juan. El mundo necesita salvación (1 Juan 4:14); no obstante, es hostil a Dios y a su pueblo (1 Juan 3:13). Está en poder del maligno (1 Juan 5:19), y falsos profetas, anticristos y engañadores están en el mundo (1 Juan 4:1, 3; 2 Juan 7). No está mal poseer bienes del mundo, pero deberían ser compartidos con los necesitados (1 Juan 3:17). Finalmente, el mundo necesita ser vencido (1 Juan 5:4, 5). En las epístolas de Juan, el término mundo es mayormente negativo, porque el mundo está en rebelión contra Dios.

Surge una tensión interesante en las Escrituras con respecto a nuestra relación con el mundo. Por un lado, se nos dice que no amemos al mundo; pero, por otro lado, la Biblia es clara al decir que Dios ama al mundo (Juan 3:16). Entretanto, se nos dice que no amemos las cosas del mundo; no obstante, se nos amonesta, una y otra vez en las Escrituras, a amar a las personas, y las personas ciertamente están en el mundo.

¿De qué manera comprendes esta tensión? ¿De qué manera hemos de amar a las personas y, no obstante, no amar al mundo, cuando el mundo es, principalmente, personas? ¿Hay algunas cosas en el mundo, fuera de las personas, que también podemos amar? Si es así, ¿cuáles son?

El final del versículo 15 y el versículo siguiente nos ayudan a comprender lo que Juan quería decir. Él no dice que debemos odiar a los seres humanos o despreciar el planeta Tierra; más bien, deberíamos odiar las cosas del mundo que, si las atesoramos, nos impedirán conocer y experimentar por nosotros mismos el amor de Dios. Es decir, necesitamos mantenernos alejados de las cosas del mundo que nos impedirán tener una relación salvadora con Dios.

Sé bien honesto contigo mismo. ¿Cuáles son algunas de las cosas del mundo que tú amas, pero que sabes que están mal? ¿O hay cosas en el mundo que por sí mismas no son malas, pero que tú amas más que a Dios? ¿Qué será necesario que hagas para renunciar a ellas?

Miércoles 29 de julio: Problemas con el Mundo.

“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16).

Mientras el versículo 15 es una amonestación bastante amplia contra amar al mundo, el versículo 16 ofrece algunos detalles. ¿Qué significa amar al mundo? Juan menciona tres cosas: 1) los deseos de la carne, 2) los deseos de los ojos y 3) la vanagloria de la vida. Juan dice que estas tres cosas no son del Padre sino del mundo; no obstante, nuestra carne, nuestros ojos y nuestra vida, todos vienen de Dios. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Contra qué nos amonesta Juan?

Los deseos de la carne, obviamente, se refieren a las pasiones, aunque no tienen que limitarse solo a eso (ver Gál. 5:19-21).

Los deseos de los ojos, aunque ciertamente están vinculados con la carne, van más adentro; se refieren a nuestros pensamientos, nuestros deseos, a las cosas que vemos y queremos para nosotros (ver Éxo. 20:17).

¿Qué quiere decir Juan con “la vanagloria de la vida”? ¿Qué es esto, y por qué es tan malo? Ver Job 12:10; Hech. 17:28.

La idea de la “vanagloria de la vida” implica la independencia de Dios. Es como si nosotros creáramos nuestras vidas, y de aquí que la gloria y el honor de cualquiera de nuestras realizaciones deberían pertenecernos a nosotros mismos. “Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos” (Sal. 100:3). En contraste, cuando nos damos cuenta de que cada respiración, cada latido, todo lo que alguna vez podamos tener o ser viene solo de Dios, de quien dependemos totalmente, entonces el orgullo será lo último que tenga cabida en nuestros corazones. Como seres humanos caídos y pecadores, cuya existencia depende totalmente de la gracia y la beneficencia de nuestro Dios, como seres totalmente incapaces de salvarnos a nosotros mismos de la muerte y la destrucción eternas, deberíamos ser humildes y mansos con respecto a nuestras vidas, no llenos de orgullo acerca de ellas. Fue el orgullo lo que produjo la caída de Lucifer en un mundo perfecto; nosotros, que vivimos en uno imperfecto, deberíamos huir de él como de la plaga.

¿Cuál es tu problema: los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida? ¿O es una combinación de ellos? ¿Cuál es tu única esperanza? ¿Qué estás esperando para hacer los cambios que necesitas hacer?


Jueves 30 de julio: La Naturaleza Temporaria del Mundo (1 Juan 2:17).


En el versículo 16, el apóstol presenta la primera razón por la que no debemos amar al mundo: el amor del mundo y el amor del Padre son incompatibles. En el versículo 17, Juan añade una segunda razón: No tiene sentido amar al mundo, porque el mundo es temporario. Es mejor y más sabio elegir lo que permanece. Al hacerlo, nosotros mismos permaneceremos, es decir, viviremos para siempre.

La humanidad está tentada a vivir para el momento, ser cautivada por el mundo material y atesorar solo lo que se puede ver. Por lo tanto, Pablo se une a Juan para decir: “Buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Col. 3:1-4), y: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Cor. 4:18).

¿Qué enseña la Biblia en otros lugares acerca de la naturaleza transitoria del mundo y el planeta Tierra? Dan. 2:35; 1 Cor. 7:31; 2 Ped. 3:10-12

En 1 Juan 2:8, Juan ya había afirmado que las tinieblas van pasando. Ahora usa el mismo verbo y dice que el mundo pasa, incluyendo sus deseos. Ha llegado una nueva era con la encarnación de Jesús, la luz. Las cosas de este mundo están pasando; eso debería ser obvio para todos. Las soluciones políticas nunca pueden ser las soluciones definitivas, no en un mundo que está pasando y nosotros junto con él.

Si el mundo está pasando, ¿cómo podemos sobrevivir? Juan responde: Haciendo la voluntad de Dios. Para Juan, una teología correcta es importante y trata de refutar a los falsos maestros con su comprensión equivocada de Jesús y del pecado. Para él, también es importante vivir una vida de obediencia. La ética no puede separarse de la teología. Las palabras piadosas y las doctrinas correctas no son suficientes. Nuestra teología debe vivirse.

No nos pongamos tan cómodos aquí que nos olvidemos de nuestra meta eterna; no comprometamos nuestro amor a Dios sucumbiendo a la atracción de aquellas cosas y actitudes que son hostiles a él.

¿Qué ejemplos de la naturaleza temporaria de las cosas en la tierra ves cada día? ¿Qué te dicen esas cosas? Aunque es muy obvio que las cosas aquí no duran, ¿por qué encontramos tan fácil vivir nuestras vidas como si las cosas duraran largo tiempo?


Viernes 31 de julio.

Para Estudiar y Meditar:

Lee en Testimonios para la iglesia, tomo 2, “La mundanalidad en la iglesia”, pp. 177-179 (Testimonies for the Church, t. 2, pp. 196, 197).

“Hay cristianos de profesión que gastan al año ingentes cantidades en goces inútiles y perniciosos, mientras que muchas almas perecen por falta de la palabra de vida. Roban a Dios en los diezmos y las ofrendas, mientras que consumen en aras de la pasión destructora más de lo que dan para socorrer a los pobres o para el sostenimiento del evangelio. [...] El mundo está entregado a la sensualidad. ‘La concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida’ gobiernan las masas del pueblo. Pero los discípulos de Cristo son llamados a una vida santa. [...] A la luz de la Palabra de Dios, se justifica el aserto de que la santificación que no produce este completo desprendimiento de los deseos y placeres pecaminosos del mundo no puede ser verdadera” (CS 529).

Hablando en forma positiva, nuestro pasaje nos dice: los cristianos genuinos tienen una relación íntima con la Deidad, manifiestan una obediencia amante, han recibido fuerzas para conquistar el mal, y tienen la Palabra de Dios morando en ellos. Sus pecados han sido perdonados. Negativamente, no aman al mundo, sino que lo rechazan en aquello que es hostil a Dios y su causa.
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MensajeTema: Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009)   Lección de Escuela Sábatica (Julio del 2009) Icon_minitimeSáb Ago 22, 2009 1:15 pm

Preguntas Para Dialogar:

1.

Nuestro mundo es puramente transitorio. No durará para siempre; aun la ciencia –con todas sus debilidades– nos dice eso. Sin embargo, ¿qué esperanza nos ofrece la Biblia que la ciencia no puede ofrecernos?
2.

Algunas personas, prestando atención al llamado en contra de amar al mundo, se aíslan del mundo tanto como pueden, encerrándose en monasterios o en comunidades que se separan radicalmente de la “norma”. ¿Es esta una buena idea? ¿Una mala idea? ¿Podría ser buena en algunos casos? Analicen estas preguntas.
3.

En la clase, analicen las respuestas que dieron a la pregunta de la sección del lunes acerca de lo que significa conocer a Dios.
4.

¿Cuáles son algunas de las cosas que hay en el mundo, que en sí mismas y por sí mismas pueden no ser malas, ni actuar contra el conocimiento de Dios, aunque a menudo resultan de esa manera por la forma en que la gente las usa?
5.

¿Por qué la victoria sobre el pecado es una parte muy importante de lo que significa “andar en la luz”? ¿Cómo puedes lograr esa victoria?
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